La Comunicación Transparente

Hoy te propongo un tema, para mí, maravilloso: el de la comunicación transparente. Esta expresión se refiere a una forma de relación mucho más profunda y auténtica, en la que el “yo” y el “tú» se diluyen para formar un “nosotros”, una danza energética expresada en palabras y corporalidad.

Tal como nos propone Thomas Huebl, uno de los grandes místicos contemporáneos, “la comunicación transparente implica iluminar el campo relacional desde la consciencia plena, sintonizando tanto con la información exterior como con la interior”. Es una invitación a captar lo sutil del encuentro, la relación energética que se establece en este instante único.

Podemos decir que, básicamente, las personas nos comunicamos de dos maneras: desde una forma reactiva en la que mientras oigo lo que el otro comunica ya estoy preparando mentalmente mi respuesta o desde un estado generativo, en el que las palabras, gestos y movimientos del otro entran en mi para poder responder desde mi núcleo fundamental. Este tipo de comunicación nos invita a soltar patrones, hábitos y juicios sobre cómo creo que es el otro, sobre lo que creo que piensa o sobre cómo interpreto su mirada del mundo. Cuando creo conocerte no me relaciono auténticamente contigo sino con una imagen antigua que he creado en mi mente sobre ti.

La comunicación transparente nos invita a ser conscientes de lo que me pasa internamente ante tu presencia, de lo que interpreto que te ocurre a ti y de lo ocurre en el espacio intersubjetivo. Es el movimiento de dos cursos de agua que se funden en un único río, en el aquí y ahora.

Quizás podamos reflexionar juntos/as y preguntarnos Cuándo fue la última vez que vi a mi pareja por “primera vez”? Cuánto tiempo hace que no descubro a mi hijo/a? y a mi madre? 

Mirar a las personas que estimamos por “primera vez”, con ojos frescos, puede ser un regalo maravilloso y un ejercicio de atención plena muy poderoso.

En cada conversación se genera un campo energético con el otro y podemos percibir si existe confianza y generosidad para estar disponible para el otro y para la danza verbal y gestual que está por ocurrir. Aun cuando aparece la incomodidad o la irritación, es una cualidad energética que nos trae información, muy probablemente ligada a una situación traumática del pasado y que emerge de manera inconsciente, sin tener nada que ver con la persona que me trae el recuerdo.

En el proceso de comunicación transparente se produce un encuentro desde tres ámbitos: el mental, el físico y el emocional y desde los tres afinamos la sintonía para detectar la coherencia o incoherencia de la relación que está sucediendo.

Al comunicarnos desde este lugar, hay más libertad para escoger cómo responder; puedo sentir la relajación o la contracción en el cuerpo, puedo percibir el conflicto y contemplar el flujo de emociones. También puedo percibir cómo se mueve el flujo de mi energía vital en esta relación, si se regenera o si disminuye.

Para afinar esta percepción hace falta practicar y te invito a comenzar hoy mismo, casi como un juego o un experimento, desde la curiosidad. Ante un nuevo encuentro pregúntate “Cómo está mi energía vital? Cómo siento el cuerpo? está relajado? hay tensión? esta conversación me energiza o siento que disminuye mi batería?”.

Cualquier sensación que aparezca está bien y nada tiene que ver con la otra persona. Recuerda que estás ejercitando la comunicación transparente para fortalecer la calidad de tus relaciones, para nutrir esas conexiones importantes en tu vida que te permitan vivir en plenitud.

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