Dime cómo amas y te diré cómo eres

Esta es una época del año, en la que más allá de las campañas comerciales y las invitaciones a comprar regalos, en las redes y en los medios hablamos del amor: del amor en la pareja, hacia ti mismo y hacia los demás. Pero, ¿qué es realmente el amor?¿Hay una única clase de amor? Tim Lomas, psicólogo de Londres habla de distintos “sabores” y menciona 14 tipos diferentes de amor recopilados en 50 idiomas analizados.

Habitualmente para San Valentín nos enfocamos en el amor pasional o en el familiar y nos sentimos a gusto mostrando esa parte de nosotros que nos encanta, que embruja y seduce al resto de los mortales, sin importar su edad, orientación sexual o estado civil. De este modo, las redes sociales desbordan de fotos y vídeos con esbeltos cuerpos que se exhiben en poses sexys o mirándote con ojitos aniñados…

Pero, ¿alguna vez te has planteado enamorarte de tus sombras internas? ¿Las conoces? Son como el diablillo y el angelito que aparecen sobre los hombros en los dibujos animados. Me refiero a todos esas voces interiores o yoes que, a menudo, te hacen la vida imposible porque te gritan, te critican o te hacen sentir culpable. Sé que es incómodo oír lo que dicen, pero tienen un sentido en nuestra vida y en nuestra psique; no escucharles o actuar desde la indiferencia implica no reconocer su función y, en definitiva, renegar de tu ser al completo. 

Pero hoy quiero contarte un secreto: puedes lograr que “moderen sus modales” y comprender lo que vienen a decirte. Y al escuchar, comprenderás que para acallarlas estabas invirtiendo una dosis gigante de energia vital. Entonces y sólo entonces podrás vivir una vida plena y llena de posibilidades.

Te invito a que te asomes de a poquito a ese interior oscuro a través de este poema* de Jeff Foster, que hoy te regalo de corazón a corazón, de monstruito a monstruito; para que en este San Valentín te enamores de esos íntimos desconocidos que viven dentro de ti:

Enamórate de la oscuridad.

Enamórate de la meada y la mierda de la vida.

De las sombras, de las partes ocultas.

De los pedacitos que escondemos por vergüenza.

Enamórate de la inocencia.

De nuestros miedos infantiles a la oscuridad.

De estar expuesto, de mostrarnos a ser vistos, de salir a la luz.

De las dudas, los dolores secretos, 

de nuestras extrañas fantasías, 

de los sentimientos, del simplemente no saber qué hacer 

con los  terrores de la noche.

Enamórate de la rabia que burbujea 

justo debajo de la superficie.

Del miedo a que no ser amables.

De los sentimientos y pensamientos que ocultamos

para mantener la imagen de ‘yo’.

Ser bueno, ser agradable, ser espiritual.

De ser ‘el que puede mantenerlo todo unido’.

Enamórate de esta humanidad secreta.

Que sepa que la oscuridad NO es oscuridad,

solo fragmentos asustados anhelando salir a la luz,

seres que quieren amor, y atención, y el aliento, 

y la inclusión en la imagen más grande del Yo.

No busques la luz, amigo.

Simplemente sé la luz. 

Sé lo que eres. La luz de la vida.

Y ten el coraje de brillar, iluminar e irradiar plenamente

en los lugares adoloridos, los lugares sensibles.

Haz esos lugares seguros para los pequeños monstruos

salgan de su escondite.

Hazles saber que son hermosos.

Y dignos.

Y no monstruos en absoluto.

-Jeff Foster-

*gracias Josep Francesc “Kiko” Solé Piñol por compartirlo.